¡Hola! ¿Cómo están?
Ayer pensaba y trataba de recordar cómo fue que llegué
hasta acá.
Lo cierto es que durante la mayor parte de mi vida me
comí las uñas y si no me las comía las cortaba tan cortitas que algunas veces
hasta me sangraban. Vivía constantemente con el alicate en la mano, si me ponía
a ver una película, me sentaba y empezaba a cortarme uñas que simplemente no
existían.
Y hace algunos años, leyendo blogs se me dio por
empezar a hacer click en “Siguiente blog” en la barra de navegación de Blogger.
De esa manera llegué a uno sobre esmaltes y nail art (a.k.a. minitas que se
pintan las uñas), comencé a hacer click en todos los enlaces que tenía y me
redirigían a otros blogs con la misma temática.
Al día siguiente compré mi primer esmalte “a conciencia”,
digamos que fui decidida a elegir un color, terminación, etc…y de ahí no pude
parar. Pasaron las semanas, los meses, tuve que ir comprando cajas para empezar a
guardar esas pequeñas botellitas de colores y ahora otra vez hay algunas que no
tienen su lugar, habrá que buscarles un nuevo rinconcito.